Las industrias de pulpa y papel avanzan en la generación de energía sostenible

En medio de una grave crisis hídrica en Brasil que alerta sobre un posible riesgo de apagón energético, las industrias de celulosa y papel avanzan en la generación de energía sustentable. Este es el caso de Eldorado Brasil, con una planta en Três Lagoas (MS), que recientemente inauguró la primera planta termoeléctrica alimentada con biomasa de residuos de eucalipto.

La madera sobrante utilizada en la fabricación de celulosa se transforma en energía a través de un proyecto sin precedentes en Brasil, la Usina Onça Pintada, que utiliza raíces y tocones de eucalipto para la generación.

La planta produce suficiente energía para abastecer a una ciudad de 700.000 habitantes. Para ello, la inversión con recursos propios de la empresa fue de R$ 400 millones.

Con el proyecto, el fabricante de celulosa ofrece ahora energía 100% limpia y sostenible al sistema eléctrico nacional, a través del Ambiente de Contratación Regulado (ACR), bajo un contrato gestionado por el ONS (Operador del Sistema Eléctrico Nacional).

Paper Excellence (PE) tiene una participación del 49,5% en Eldorado Brasil y pretende adquirir el 100% de la empresa con el fin del litigio con J&F. Según Josmar Verillo, director ejecutivo de PE en Brasil, el crecimiento sostenible pasa por todas las etapas de la producción. “Asegurar la energía es fundamental para mantener los planes de inversión y la expansión empresarial”, defiende.

Según Verillo, el 88% de la energía consumida en la producción de Paper Excellence proviene de una fuente limpia y renovable, como es la biomasa, generada a partir de la quema de residuos y sobras de madera de bosques plantados, utilizada como materia prima para pulpa y papel.

En opinión del ejecutivo, “la generación propia de energía es sinónimo de autosuficiencia en la producción, especialmente en tiempos de crisis energética. Además, es un respiro para el medio ambiente ”.

Desde 1990, Paper Excellence ha eliminado cerca de 2 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a través de proyectos de modernización, lo que corresponde a sacar alrededor de 500.000 vehículos de las carreteras.

“Con un importante potencial de crecimiento, las industrias de celulosa aportan a la realidad global tanto en escenarios económicos como energéticos, apuntando a alternativas cada vez más sostenibles y rentables”, concluye Verillo.