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El nuevo programa de precios congelados en Argentina distorsiona la venta de productos masivos

Por ahora, las cadenas se resisten, a bajar sus propios programas de beneficios para clientes

A pesar del nuevo programa de congelamiento de precios que se plantea aplicar en Argentina, los supermercados planean mantener sus ofertas, descuentos y promociones en las góndolas, al menos hasta que entre en vigencia el nuevo esquema de precios congelados y hasta que puedan evaluar su impacto.

Los principales supermercados del país aseguran que los productos que se incluyen en sus propios programas de beneficios y ofertas terminan teniendo valores al público inferiores a los de los programas oficiales, lo cual tiene un fuerte peso en las ventas y representa un alivio para el bolsillo de los consumidores.

Por otro lado, los artículos de marca propia, no se verán afectados por las intervenciones oficiales, al menos directamente. Pero, los supermercados comentan que, en épocas de trabas para importar, los centros de venta acuden a las mismas industrias que venden bajo varias marcas para fabricar sus propios productos. Cuando esas industrias están afectadas con intervenciones, los artículos de marcas de las cadenas también quedan impactados en valor o volumen de producción.

“No queremos todavía pensar en ninguna modificación de los planes comerciales hasta conocer realmente la implementación y el impacto del nuevo programa de precios congelados”, aseguró una de las mayores cadenas del país, con presencia en grandes ciudades con diferentes formatos.

De momento, los supermercados no han salido públicamente a explicar las complejidades que representa para el sector las intervenciones de este tipo de planes oficiales para contener los precios. Pero ya evalúan su impacto y la incidencia que tienen los casi 1.500 productos en su facturación.

Ante este panorama, las compañías que tiene extensión en todo el país estudian cómo controlar el precio de los artículos afectados en cada provincia y en cada formato de local, que suelen tener variaciones. En el caso de los que tienen marcas propias con mucho peso en ventas, evalúan darles preponderancia e incluirlos en ofertas sin intervención.

Para los supermercados más pequeños, el peso de la lista tiene un impacto mucho más elevado y menos alternativas para ofrecer al consumidor. “Ya pagamos productos con el 7% de aumento que había autorizado el gobierno para octubre y ahora, al retrotraer los valores al consumidor, quieren que vendamos por debajo del costo”, dice uno de los afectados.

“Aunque quisiéramos, las ofertas en los súper no pueden darse de baja porque funcionan como un anclaje psicológico para los consumidores”, aseguran desde otra de las grandes cadenas que tiene más influencia en Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Lo explican en relación a que hoy, en momentos de alta inflación, el consumidor no tiene referencia precisa del valor de los productos y cuando ve promociones, las compra porque confía en que representan un ahorro. Y lo son cuando se calcula el precio por unidad.

“Las cadenas con más espalda y volumen negociarán para no tener que vender productos a pérdida y en los más chicos, podría haber algunos faltantes porque tienen menor poder de pelear precios con sus proveedores y por lo tanto elegirán no vender por debajo de los costos o del valor de reposición”, deducen.

Fuente
Diario Financiero
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