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La primera planta de celulosa en Paraguay comenzará a operar en 2023

El proyecto es la mayor inversión privada en la historia del país y su ejecución requerirá US$ 3,5 mil millones.

Paracel, la primera planta de celulosa en Paraguay, comenzará sus actividades en 2023. En este momento avanza la estructuración del project finance, que garantizará los US$ 3.500 millones necesarios para ejecutar el proyecto, la mayor inversión privada en la historia del país.

Inicialmente, la unidad tendrá una capacidad de producción de 1,5 millones de toneladas anuales de pulpa de eucalipto blanqueada y venderá toda la materia prima del mercado. La fábrica ya está atrayendo inversores y empresas papeleras regionales y extranjeras a participaciones, como Girindus Investments, una Family Office sueca dirigida por la familia Norlin.

Liderando la empresa está Nils Grafström, un ejecutivo sueco que hizo carrera en la industria forestal y fue parte del equipo que implementó Veracel, una empresa conjunta entre Suzano y Stora Enso para la producción de celulosa en Bahía, y Montes del Plata, una planta de Arauco y de Stora Enso en Uruguay.

Grafström dijo, en una entrevista con Valor Económico, que hay pocos países que puedan recibir un nuevo proyecto de celulosa. Paraguay, según él, reúne las condiciones necesarias para ello: área, clima, recursos hídricos, logística eficiente y ruta al mercado exterior, vía Uruguay.

Del total que se invertirá, mil millones de dólares se recaudarán a través de capital y 2.500 millones de dólares a través de deuda. En la primera parte ya se han garantizado US$ 700 millones y, según el ejecutivo, avanzan las conversaciones con nuevos inversionistas. Paracel controlará la familia Zapag, propietaria del importador y distribuidor de combustibles Copetrol. «Las empresas del sector que están ingresando vía patrimonio tienen dos intereses: porque es una inversión muy rentable y para garantizar el acceso a parte de la celulosa, ya que tendrán contratos de suministro a largo plazo», explicó.

Los fondos que se recaudarán a través de deuda serán pagados por la generación de efectivo de Paracel a lo largo de los años. La mayoría de ellos deben provenir de agencias de crédito a la exportación (ECA) de países que ofrecerán los equipos, como Suecia, Finlandia, Austria y Estados Unidos, con quienes ya se han conversado al respecto. La idea es también utilizar recursos de agencias multilaterales, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y en menor medida, de la banca comercial.

Se espera que las obras del proyecto, que generarán 4.000 puestos de trabajo, comiencen este año. Paracel ya obtuvo la licencia preliminar y de instalación de la fábrica y la terminal fluvial, para ser implantada en el Departamento de Concepción. La concesión de licencias se llevó a cabo en un tiempo récord de 14 meses.

En diciembre se completaron los servicios de ingeniería básica para la fábrica y el puerto fluvial. Ahora se están realizando estudios de impacto ambiental para la construcción de la base forestal. “Queremos hacer un EIA-Rima profundo para tener créditos de bancos internacionales y vender celulosa en el mercado internacional”, explicó Grafström, diciendo que el objetivo es obtener el sello FSC (Forest Stewardship Council).

Paracel ya tiene 189 mil hectáreas disponibles en Paraguay, de las cuales 100 mil serán destinadas a plantaciones de eucalipto. Como la especie tarda entre seis y siete años en crecer, en un principio la fábrica operará con madera suministrada por terceros en Brasil, Argentina y Paraguay. El ejecutivo informa que ya se han establecido varios contratos de suministro; en Brasil, la madera provendrá de Mato Grosso do Sul y Paraná.

El mayor desafío para la fábrica será, precisamente, iniciar la operación sin madera propia, lo que eleva costos y requiere una logística eficiente, que incluirá el cruce de fronteras. La idea es tener una participación del 40% en la financiación incluso cuando la fábrica ya puede ser abastecida por su propia base forestal. Hoy, la distancia promedio entre la unidad y el bosque será de 130 kilómetros, lo que, según Grafström, garantiza un costo competitivo de producción de celulosa.

La primera planta de celulosa de Paraguay será autosuficiente en la generación de energía a partir de biomasa, con una capacidad de 220 MWh (megavatio hora), y un excedente de 100 MWh, para exportar.

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Valor económico
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