P&G abandona el compromiso con la sostenibilidad en la compra de celulosa
La compañía es una de las mayores compradoras del mundo de la mercancía que se utiliza en la fabricación de productos de papel tissue
Recientemente, un ejecutivo de la multinacional de bienes de consumo Procter & Gamble (P&G) reveló a los inversionistas que la empresa abandonó su política corporativa de no comprar celulosa de bosques degradados.
La compañía es una de las mayores compradoras del mundo de la mercancía que se utiliza en la fabricación de productos de papel tissue, como el papel higiénico Charmin, las toallas de papel Bounty y los pañuelos de papel Puffs, así como en la producción de envases para otros productos.
En 2021, P&G se comprometió públicamente a no permitir la compra de materias primas producidas a partir de bosques degradados. Sin embargo, en mayo de este año, esta directriz se eliminó de la Política de Commodities Forestales de la organización.
A partir de la revocación del compromiso, la empresa puede infringir una nueva ley de la Unión Europea, que entrará en vigor dentro de un año y medio, que prohíbe la compra de materias primas procedentes de zonas deforestadas. La celulosa que compra P&G proviene de proveedores de América Latina, Europa, Canadá y Estados Unidos, según información disponible en su sitio web.
Ante la prensa, la empresa afirmó que cumplirá con la ley y justificó que simplificó sus políticas luego de que la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación “reconociera que no se dispone de una definición ampliamente aplicada de degradación forestal”. Según un portavoz de la organización, P&G planta al menos dos árboles por cada árbol que utiliza para transformar productos de papel.
Sin embargo, inversores y organizaciones no gubernamentales afirman que existe un amplio consenso sobre qué es la degradación forestal, que la empresa parece utilizar materiales de bosques degradados y que la explicación del cambio es insuficiente. En este sentido, entienden que la degradación conduce a una pérdida de valor en el ecosistema, incluida la reducción del agua dulce y la biodiversidad, afectando a especies que ya están amenazadas y al cambio climático.
También afirman que esta medida va en contra del movimiento actual del mercado para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Entre los accionistas se encuentran los fondos de inversión BlackRock, State Street, UBS y Legal & General, que apoyan a las empresas que siguen los estándares ESG.
A fines de 2022, la ONG ambientalista Natural Resources Defense Council presentó una queja ante la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos, solicitando que el organismo evaluara la política de P&G de prohibir la degradación forestal entre sus proveedores. La afirmación era que la directriz no era consistente con la evidencia.