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El mayor centro comercial de Brasil suspende el uso de secadores de manos

El Parque Comercial Dom Pedro está adoptando una serie de medidas contra el Covid-19, como el uso exclusivo de toallas de papel para el secado a mano

El centro comercial más grande de Brasil, Parque Dom Pedro Shopping, ubicado en Campinas (SP), está adoptando una serie de medidas de salud y seguridad para reanudar las actividades ante la pandemia del Covid-19. Con más de 400 tiendas y 8.000 plazas de aparcamiento, el proyecto se ha centrado en medidas de higiene y limpieza para el control sanitario y la mitigación del virus.

Además de las acciones para promover la higiene personal de los visitantes y el espacio, Parque Dom Pedro Shopping, que forma parte del grupo comercial Aliansce Sonae, suspendió el uso de secadores mano-aire, ampliamente utilizados en lugares con gran circulación de personas. Cuando se instala el equipo, hay un cartel con la frase: «Por su seguridad, este equipo está temporalmente fuera de uso. Su protección es la de todos». En los inodoros, solo se ponen a disposición toallas de papel para secarse a mano.

En un video publicado en redes sociales, Parque Dom Pedro Shopping informó que las medidas de reapertura siguen el protocolo de Abrasce (Asociación Brasileña de Centros Comerciales), llevado a cabo con la consultoría del Hospital sirio-libanés.

La medida supone un avance en salud pública, dado que las secadoras se utilizan habitualmente en baños en lugares como centros comerciales, restaurantes y centros comerciales, pero sus riesgos están poco difundidos.

Con 127 mil metros cuadrados, el Parque Dom Pedro es el centro comercial más grande de América Latina en área continua. Hay 33 tiendas ancla y 270 satélites, además de 15 cines, un hipermercado y un parque de atracciones, entre otras. La circulación mensual normal, antes de la pandemia, era de casi 1,5 millones de personas y en promedio 18,7 millones de personas visitan el sitio cada año.

LOS RIESGOS SON PROBADOS POR LA CIENCIA

Según un estudio piloto publicado en marzo de 2021 por la revista Infection Control & Hospital Epidemiology de la Universidad de Cambridge, el uso de secadores de manos de alta velocidad puede transferir gérmenes a la ropa de las personas y conducir a un aumento en la propagación de estos contaminantes a otras superficies.

Comparando el uso de papel y secadores, el estudio reveló que hubo una mayor transferencia microbiana a la ropa cuando los voluntarios usaron el secador de aire, lo que también contribuye a la propagación de gérmenes en el medio ambiente.

En promedio, los niveles de propagación de gérmenes en las superficies tocadas por los voluntarios fueron diez veces más altos después de secarse las manos con la secadora que con toallas de papel.

Según Usa Today, los resultados son consistentes con estudios anteriores sobre secadores de manos, que incluyen recomendaciones de que «solo se deben usar toallas de papel en situaciones donde la higiene es crítica», como señaló Timothy Caulfield, director de investigación del Instituto de Derecho de la Salud de la Universidad de Alberta.

Otras instituciones de renombre ya habían llegado a la misma conclusión. Según  investigaciones realizadas en el Reino Unido, Francia e Italia, los secadores de aire son básicamente «cañones bacterianos» y pueden transmitir diversas enfermedades.

Científicos de la Universidad de Leeds en el Reino Unido, el Hospital Saint-Antoine en París en Francia y la Universidad de Udine en Italia han encontrado que estos dispositivos dispersan cantidades alarmantes de bacterias en el aire y en las superficies de los lugares donde están instalados.

Esto se debe a que la gente, en general, no se lava las manos correctamente y, al secarlas con potentes chorros de aire, propaga bacterias residuales. «De hecho, el secador se convierte en un aerosol que contamina el baño, incluido el secador en sí y potencialmente el fregadero, el suelo y otras superficies, dependiendo del diseño del dispositivo y dónde se encuentre», comentó el profesor de microbiología de la Universidad de Leeds Mark Wilcox.

Para demostrarlo, en 2018, el equipo realizó una encuesta en hospitales de Leeds, París y Udine, durante un período de 12 semanas, comparando el uso de secadores de aire y toallas de papel en los baños.

Los cultivos tomados de muestras de aire y superficies revelaron concentraciones de bacterias en el aire y superficies mucho más altas que en los baños donde solo había secadores de aire. En Udine, el secador contenía 100 veces más bacterias; en París 33 veces más; y en Leeds, 22.

Con los resultados, el equipo de investigación afirmó, en un artículo publicado en la revista especializada Journal of Hospital Infection, que hay poca justificación para el uso de secadores de aire en los baños públicos, dados los riesgos. Por otro lado, el estudio señaló que «las toallas de papel absorben el agua y los microbios que permanecen en sus manos y, si se descartan correctamente, tienen menos potencial de contaminación».

Por ello, sobre todo en periodos como el actual, cuando el riesgo de contagio es inminente y las recomendaciones de higiene son cada vez más estrictas, el uso de secadores de manos es aún más prescindible y el uso de toallas desechables para secarse las manos puede considerarse una práctica más higiénica, segura y cómoda, especialmente en el caso de lugares con gran circulación de personas.

Fuente
Parque Comercial Dom Pedro
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