Centrarse en la flexibilidad productiva y la rapidez en el cambio de formatos de producto: ventajas para el fabricante
Por Dineo Silverio, director general de Gambini Brasil
La competitividad industrial exige que los fabricantes adopten estrategias eficientes para responder a la demanda del mercado. En este contexto, la flexibilidad productiva y la rapidez en el cambio de formato de producto se han vuelto elementos esenciales para la supervivencia y el crecimiento de las empresas. Estos conceptos están directamente relacionados con la capacidad de adaptación de las líneas de producción para fabricar diferentes productos sin grandes pérdidas de tiempo o recursos.
La flexibilidad productiva es la capacidad que tiene una línea de producción para ajustarse rápidamente a fin de fabricar distintos tipos de productos, variaciones de modelos o cantidades, sin comprometer la eficiencia. Esto puede incluir cambios en parámetros como: el cambio de formatos o tamaños de presentación, la configuración de máquinas para distintas características de producto, ajustes de software y programación para nuevos productos, además de la reorganización del flujo de trabajo según la demanda.
Las empresas que invierten en flexibilidad productiva logran adaptarse a nuevas oportunidades, reducir desperdicios y mejorar su competitividad en el mercado.
Otro aspecto importante es la rapidez en el cambio de formato de producto, ya que la velocidad con que se realiza este cambio dentro de una línea de producción está directamente ligada a la flexibilidad productiva. Este concepto puede aplicarse a diversos sectores industriales, desde la industria alimentaria hasta la industria papelera, por ejemplo.
Para garantizar cambios rápidos y eficientes, muchas empresas adoptan prácticas como:
- SMED (Single Minute Exchange of Die): metodología que reduce drásticamente el tiempo de setup de las máquinas;
- Automatización y sistemas modulares: equipos adaptables a distintos formatos sin necesidad de grandes modificaciones físicas;
- Capacitación del equipo: operadores bien entrenados realizan ajustes con mayor eficiencia;
- Uso de sensores e inteligencia artificial: permiten ajustes automáticos sin intervención manual.
La adopción de flexibilidad productiva y rapidez en el cambio de formato trae diversos beneficios estratégicos para el fabricante. Entre los principales, se destaca la reducción de costos, ya que menos tiempo con las máquinas detenidas significa mayor productividad. Además, la disminución del desperdicio de materia prima y la optimización del uso de energía contribuyen a una operación más económica.
También podemos afirmar que aumenta la capacidad de respuesta a la demanda del mercado: con mayor flexibilidad, las empresas pueden adaptar rápidamente su producción a las necesidades de los clientes, lanzando nuevos productos sin necesidad de grandes inversiones en infraestructura.
Sin embargo, quizás el factor más relevante al contar con agilidad en el cambio de formato es la mejora en el nivel de servicio y en la satisfacción del cliente, ya que los fabricantes que logran personalizar productos o entregar pedidos específicos en menor tiempo obtienen una ventaja competitiva y fortalecen su relación con los clientes.
Una ventaja intrínseca natural de este proceso es una mayor eficiencia y sostenibilidad, debido a la eliminación de desperdicios y al uso más eficiente de los recursos, lo que contribuye a una producción más sostenible y alineada con las exigencias ambientales y regulatorias.
Por último, una mayor competitividad en general, ya que las empresas con procesos productivos ágiles y flexibles pueden responder más rápidamente a los cambios del mercado, manteniéndose por delante de la competencia.
De este modo, es evidente que buscar soluciones tecnológicas que aumenten la flexibilidad productiva y la rapidez en el cambio de formato constituye un factor esencial para elevar la competitividad de las industrias modernas. Los fabricantes que invierten en estas estrategias aumentan su eficiencia, reducen costos, mejoran la satisfacción del cliente y fortalecen su posición en el mercado. La adopción de tecnologías avanzadas, métodos de gestión lean y la capacitación del equipo son pasos fundamentales para alcanzar estos beneficios.
Las empresas que logren adaptar sus líneas de producción con rapidez y eficiencia estarán mejor preparadas para enfrentar desafíos y aprovechar nuevas oportunidades en un mercado globalizado, especialmente en entornos altamente competitivos como el que vivimos hoy en el sector latinoamericano de tissue.




